Hoy te proponemos un reto. Fíjate en esta imagen y respóndeme… ¿qué ves?
Posibles respuestas:
- a) Un peine
- b) Un peine con una púa rota
- c) Un peine con 15 púas perfectas
Si has elegido la opción A, y lo que ves es simplemente “un peine”, te has saltado todos los detalles… Haciendo una comparativa, tu respuesta equivaldría a vivir la vida sin sacarle el máximo jugo.
Si eres de los que se han decantado por la C… ¡FELICIDADES!¡Eres un optimista NATO! ¡Claro que sí, has sabido ir más allá de la tara!
Pero… la verdad es que es muy posible que pertenezcas al 98% de las personas que han optado por la B. He resaltado las palabras “púa rota” porque seguramente es lo que más llama la atención… ¿verdad?
Este pequeño ejercicio, es aplicable a nuestra vida diaria.
La mayoría del tiempo vivimos la vida fijándonos únicamente en las “púas rotas” que hay tanto en las personas como en las circunstancias que nos rodean. Es como si nos sintiéramos atraídos por el fallo y pasáramos por alto todo lo bueno de nuestra vida. Tendemos a pensar que lo “correcto” es lo “normal” y por ello le otorgamos menos atención.
Por eso, ahora dime, ¿en qué focalizas tu atención?
- ¿En todo lo bueno que tienes?… o… ¿en lo poco que te falta?
- ¿En todas tus virtudes?… o… ¿en esos pequeños defectos?
- ¿En todo lo que sabes?… o… ¿en lo que no dominas?
- ¿En todo lo que tú puedes conseguir?… o… ¿en lo que pierdes?
Desde que somos pequeños, en el colegio se han resaltado más los errores que los aciertos, los suspensos que los notables… La sociedad tiene mecanismos para controlar y sancionar los malos comportamientos, las malas actitudes… pero no se han asignado procesos para resaltar las buenas conductas. Además en los noticieros sólo aparece “lo malo”: guerras, crisis, atentados, falta de transparencia en política… mientras que las cosas bellas que ocurren diariamente pasan totalmente desapercibidas.
Así, poco a poco nos hemos ido acostumbrando a ver las “púas rotas” y nos sentimos incapaces de valorar las otras 15 púas que están perfectas.
Con este pequeño artículo, sólo quiero plantearte una reflexión y animarte a que, a partir de ahora, aunque seas capaz de reconocer lo que no está bien, puedas ir más allá de tus limitaciones, no te estanques en lo malo y focalices tu atención en TODO LO BUENO que hay en tu vida.
Cuéntame… ¿te ha inspirado este artículo?